martes, 25 de noviembre de 2008

EXASPERACIÓN

Me suministro una dosis de exasperación diaria
para no quedar dormida, ni bajo las sábanas o los manteles
de la quietud rutinaria

Es cómodo mirarse al espejo
fácil prender la televisión
sencillo lustrarse los zapatos

Lo que queda es la muerte
para restarle al día
sus horas de martirio

Sin la premura
Sin el galope
Sin la caída
Sin la búsqueda
Quedan los días comunes
los años fríos
la desnutrición del alma

Ayúdenme años
a no quedarme dormida
a no dejar de apresurarme
por encontrarme a mi misma
Ni dejar de corretear al mundo
y pisarle los talones

No quiero la timidez
de un saludo matutino
ni la cobardía de un sueño
paseando en silla de ruedas

Ayúdame corazón
a no sentenciarme a nadie
a no depender del calor ajeno
a no mentirme y desmentirme
para creerme satisfecha

por Geraldine Ovando

1 comentario:

ami nome dijo...

Mezcle usted
agua de azahar
sobre las mieses

remebrar
fue siempre
fundir en sal
nuestras albricias